jueves, 26 de septiembre de 2013

Arte en los bosques

Laura Paggi: La belleza que resiste

Laura Paggi nació en Buenos Aires el 22 de septiembre de 1967. Es docente de Nivel Inicial, pero no ejerce porque descree de la educación formal y la escuela como institución. Asistió al taller de artes plásticas de la profesora Claudia La Banca y a muchos seminarios sobre dibujo, pintura y escultura. Desde 2013 imparte cursos de plástica para niños y adultos en el taller de Roxana Rignola. Participó en muestras individuales y colectivas en galerías y museos de San Telmo, Palermo, Recolecta, Barracas y La Boca. Ha ilustrado relatos para distintos medios, entre los que se destaca la revista Axxón. A la hora de escoger los materiales, le gusta experimentar y arriesgarse. Lápices, óleos, acrílicos, acuarelas, papeles, telas, arena, enduido, tintas, y hasta café pueden servir a sus propósitos. Tiene preferencia por los colores deslumbrantes y su estilo oscila entre el abstracto y lo figurativo naíf. Sus trabajos se pueden apreciar en: http://laurapaggi.blogspot.com


Más allá de la búsqueda continua y a menudo aventurada, lo que define el estilo de Laura Paggi es una actitud vital y una marcada tendencia hacia la espiritualidad y la belleza. Hay una energía positiva que intenta abrirse paso en el mundo. Su poética se construye con una simbología que precisamente apunta a eso: pájaros, peces, plantas en germinación, flores, mariposas. Todos símbolos espirituales o de transformación. Lo interesante además es que tanto los pájaros como los peces o la naturaleza, no son simples manifestaciones de vida, sino metáforas de lo humano, de su capacidad para crecer y trascender. Incluso, cuando aborda el erotismo, Paggi también lo hace desde una perspectiva espiritual, razón por la cual, en la representación de los cuerpos, generalmente estilizados, suele utilizar mayoritariamente el color azul.




 "Genitalidad compartida", óleo y acrílico sobre madera, 1 x 1,20 m.   
Imágenes de lo invisible
 
Los trabajos abstractos de Laura Paggi, al liberarse de las formas convencionales, consiguen hacer visible lo inexpresable, los movimientos del espíritu. En "Reconstrucción de un alma", el alma, visualizada en azul (espiritualidad) aparece como una figura humana desarticulada, en construcción. El fondo rojo que indica dolor, y la estructura con forma de cruz del fondo, promueven la idea de sacrificio. Los colores empastados y las líneas rotundas apuntalan la idea de que esa reconstrucción es trabajosa. "Esenciales núm. 1" es una imagen onírica, una explosión de rojos y amarillos, que no pasa por el filtro de la conciencia, que nos muestra el mundo tal como es y no como lo vemos habitualmente. Algo similar ocurre con "Cosas", pintadas con café, una serie de botellas con los bordes difusos. Podríamos definir a la realidad como una sustancia gaseosa que no tiene una forma definida, y que puede acomodarse en botellas de distintas formas o tamaños. Las botellas son los esquemas mentales que nos permiten segmentar y visualizar una realidad que es indivisible, que responde al principio de unidad de lo creado.


 "Cosas", pequeño formato, pintado con café sobre papel.
Pájaros y Peces

Los pájaros, considerados por su cualidad dual, terrestre y aérea, mensajeros o emisarios del más allá, están presentes en varios cuadros. En el "El corazón de los pájaros" (inspirado en un cuento de donde las aves son una metáfora de los recuerdos), Paggi trabaja con imágenes esquemáticas de aves, y valiéndose de líneas curvas sugiere la idea de retorno. En "Pajarillos al alba" las aves salen de la cama, como si representaran la inspiración o las palabras que los poetas logran atrapar en el momento del despertar. "Pájaro urbano" muestra que esos pájaros pueden sobrevivir en la ciudad, de hecho aparecen integrados al paisaje geométrico. "En nido de pájaros", es muy claro que Paggi remite a lo humano. El nido tiene un color orgánico, sanguíneo. Para sugerir la vida, el movimiento, la circulación, la artista ha empleado una acuarela diluida que convierte al nido en un centro vital. "Anudando pájaros" es decididamente abstracto, los pájaros ya no tienen una forma reconocible, y esto ocurre porque Paggi ya no pinta su forma, sino que, con colores fuertes y luminosos, comunica su cualidad esencial.



 "Pájaro urbano", óleo y acrílico sobre madera, 1 x 1,20 m.

Los peces, a menudo llamados los "pájaros del mar", representan la intuición y el inconsciente, las posibilidades ocultas de la psiquis. Son también símbolo de espiritualidad, ascensión y fecundidad. "Desove tropical" muestra peces que van y vienen, entre el sol y el amanecer, reafirmando la circularidad de la vida. Los lápices de colores aportan la necesaria calidez al tiempo que con sus matices logran un efecto de luz de impactante belleza. Las escamas no tienen el dibujo habitual, han sido sustituidas por círculos que sugieren la posibilidad latente de desovar. En este cuadro, como en muchos otros, las figuras (peces en este caso) aparecen integrados al fondo, porque la artista tiende a considerar la unicidad del universo, a la vida como a un todo. En "Viaje al interior de uno", suerte de exploración íntima, las formas son geométricas, abstractas, lo que resulta una decisión acertada cuando se trata de representar lo intangible o irrepresentable. La única forma más o menos reconocible es la de un pez, que parece ser el sujeto del viaje. "Gasterópodo", en tanto, bellamente iluminado por resplandores marinos, se erige como un símbolo de las profundidades.


      "Desove tropical", lápices de colores sobre papel, pequeño formato.



  "Gasterópodo", témpera y lápiz sobre papel, pequeño formato.


La semilla

La fuerza de la primavera fue trabajada por la artista en una serie titulada "Ínfimas" que incluye cuadros como "El manzano", "imagen de primavera", "insectívoro y vegetal", "profundidades rocosas", "secreto de primavera", "semillero escondido", "tótem subterráneo", "vertebral", etc. En "Sangre tierra", la composición en forma de "s" que se adelgaza y se proyecta hacia el extremo superior del cuadro, y los colores líquidos, logrados con un acertado empleo de las tintas, transmiten la fuerza y frescura de la naturaleza. El color sanguíneo refuerza el concepto de que estamos ante una metáfora de la capacidad regeneradora del ser humano.


 "Sangre tierra" (de la serie Ínfimas), pequeño formato, tintas y acrílico sobre papel.



 "Tocando el cielo" (de la serie Ínfimas), pequeño formato, tintas y acrílico sobre papel.


Laura Paggi creó la serie "Ínfimas" mientras era voluntaria en el centro cultural del hospital Borda, un importante neuropsiquiátrico de la ciudad de Buenos Aires. Allí, junto a un grupo multidisciplinario de plásticos, músicos, actores, clowns y fotógrafos, se dedicaba a compartir el día con los pacientes, en actividades lúdico recreativas que se realizaban en los jardines de la institución. Es interesante considerar que estas nobles tareas, absolutamente honorarias, se llevaban a cabo mientras el Gobierno de la Ciudad intentaba destruir los talleres de capacitación, los jardines y todas las instalaciones del centro cultural. Los enfrentamientos fueron crudos, de un lado los artistas, los profesionales de la salud y hasta los pacientes que intentaban preservar un espacio; del otro la Policía Metropolitana armada con cachiporras, escudos, gas lacrimógeno y balas de goma. Decenas de personas fueron brutalmente agredidas y tuvieron que pedir atención en el propio hospital. El conflicto aún no ha terminado. Sin importar lo que ocurra, una cosa es segura: los gobiernos y las administraciones pasarán, pero las obras, como las de Laura Paggi, quedarán como un testimonio de vida y resistencia pacífica frente a la prepotencia del poder institucional.

Pablo Dobrinin

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Nuevo cuento

Mi relato "Algunas cosas que vi en el Desierto", fue publicado en el número 246 de la revista Axxón:
http://axxon.com.ar/rev/2013/09/algunas-cosas-que-vi-en-el-desierto-pablo-dobrinin/

Seguramente sea parte de mi próximo libro de relatos. La hermosa ilustración es de Adrián Ruano.